
Saber hacia donde me dirigo,
es un largo camino de incertidumbre,
un doloroso paso
para reconocer lo que no soy ,
para gritar con furia
todo lo que brota de mi pecho.
Sé que me iré;
porque cuando me pierdo,
no saber nada de lo que soy,
ni lo que tengo que esperar
es terrorificamente excitante;
pero tú, tú no lo entiendes,
te duele, incomprensiblemente,
como si yo entonces ya no te quisiera.
Llora entonces esta noche
mi pérdida;
mañana volveré a besarte
en el mismo instante, en el comienzo,
porque no hay más que mi amor por ti,
(¿Por qué mis ansias de volar
te acuchillan?).
Te amo,
aunque esto solo sea
la sombra de un sueño.